A veces el ''gritar'' puede ser la mejor solución para todos los problemas, para que te escuchen y que alguien ofrezca su ayuda. Pero muchas veces pasa que no queres ser escuchado, no querés que alguien quiera ayudarte y te recite mil palabras en vano cuando vos por dentro estás gritando de dolor.
Muy seguido me ocurre esto de no saber que me pasa, o saberlo y no querer imaginarlo. Tener algo cuidarlo, amarlo y no querer perderlo por nada del mundo, a tal punto que me choco con mi propia barrera.
Me miro desde arriba y me veo tropezando, me grito y espero dejar de tropezar pero allá abajo no me escucho. A veces la consciencia advierte tanto que preferimos no escucharla, pero luego erramos y nos damos cuenta de lo necios que somos.
Al tener algo tan valioso en mis manos siento que cualquiera daría todo por quitármelo, y lo cuido con mi vida, porque es mío y no quiero que deje de serlo.
Pero a veces lo que para mi puede ser la mejor decisión, termina lastimándome o lastimando al otro.
Estoy cansada de sentir esto que estoy sintiendo, de no querer perder nada pero perderlo por miedo. Ahorrarme los gritos pero llorar por dentro.
A veces la mejor manera de gritar es guardar silencio, transmitir inseguridades sin hablar de los miedos.
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